nâo é por acaso Luis
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Poema ao acaso
terça-feira, 20 de setembro de 2011
hibiscus mutabilis futbolensis
Victimismo en lugar de fe
De cara. José Miguélez
20 sep 2011
Menos en la teatralidad de Di María (origen de la bronca por la que se precipitó el Madrid en Valencia), el coreado método Mourinho, tan bien recibido entre el madridismo hasta hace diez minutos, está directamente relacionado con todos los defectos detectados el domingo en el club blanco. Y no sólo en lo inmediato, en que ninguna de las decisiones deportivas del técnico, desde la alineación a los recambios, contribuyera a mejorar la imagen futbolística del equipo, más bien al contrario. O en que su decepcionante comparecencia tras el desastre, agarrado a una nueva colección de excusas, dinamitara buena parte de su propia credibilidad incluso entre los suyos (el llanto ha colado entre su tribu ante rivales de la dimensión del Barça, pero no convence ni una pizca frente al Levante).
La realidad es que, pese a la nueva filosofía que rige en el Madrid, la propensión a la camorra tiene peligrosas consecuencias. Es censurable también ante equipos de tono superior, como el Barça, pero para ciertos fines maquiavélicos funciona maravillosamente como elemento de distracción. Lo que no midió el ideólogo portugués, o sí, es que fomentar esa vena hace que se reproduzca por pura inercia, también ante equipos infinitamente menores en presupuesto. Y eso resulta nocivo incluso desde una mirada cínica.
Y no vale que mediara provocación del Levante, porque los blancos fueron protagonistas en el origen, la agitación y el desenlace de los sucesos. Más allá de la fea entrada (inmediatamente posterior a la que recibió) de Di María, que desató los acontecimientos, el argentino podría haber evitado todo alejándose del lugar de los hechos en vez de volverse hacia ellos. También podría no haber exagerado el daño del manotazo (reprobable) que le propinó Iborra (y eso fue más raro, porque fingir si entra dentro de la lista de comportamientos prohibidos que divulga el nuevo mesías). Pero el Madrid ya no perdona una pelea, como se desmostró al instante. Por ahí asomaron todos. Pepe, por supuesto, y también Khedira, sin reparar en que con una amarilla a cuestas es aún más recomendable no ejercer de portero de discoteca.
Pero además del daño irreparable a la imagen (lo de Pepe después con Xavi Torres, agresor injustificable de Cristiano, traza la frontera que debería separar la libertad de la cárcel) y de las consecuencias numéricas de los altercados, se produjo un efecto nuevo y revolucionario en ese club que también apunta a la fisonomía de los nuevos tiempos. El Madrid se quedó bloqueado, agarrado a la excusa, pero desprendido de la reacción, incapaz de cumplir con su vieja costumbre de rebelarse. Olvidó su fe, la característica fundamental del Madrid, al menos en los tiempos de eso que Mou define ahora como el pseudomadridismo. Un punto de carácter inherente a la camiseta que le hacía resurgir de las situaciones más adversas. Un rasgo espiritual que multiplicaba sus prestaciones y encogía al rival. Un gen que, para desesperación del contrincante, terminaba siempre en ganar sí o sí. Los libros de historia no han parado de contarlo. Pero del victimismo instaurado hoy en el Madrid lo que queda es más bien una rendición. Ahora se busca una coartada no una solución. Mou ha puesto a llorar al Madrid, justo lo que antes hacían sus víctimas, sin atender ni entender que lo que volvía superior al Madrid era su firmeza en no entretenerse jamás en justificarse. La noche ante el Levante fue una prueba inequívoca de lo que el portugués se ha llevado por delante.
#1 Comentario por bemsalgado 20/09/2011 14:03
El teatro es una expresión cultural del más alto nivel, en Europa, desde la Grecia clásica. En todas sus formas y manifestaciones.
El teatro de Guiñol, también lo es. Aunque, en este caso, lo que el público ve no sean más que marionetas inanimadas. Es únicamente su autor, escondido en la concha o entre bambalinas, quien les infunde vida moviendo sus hilos. Sólo a él corresponden los éxitos y los aplausos del público, como es natural.
Este es el teatro que profesa Mourinho. Por esta razón, sus jugadores no pueden ser acusados de hacer teatro, porque eso lo tiene reservado para sí mismo. Ellos deben, simplemente, responder mecánicamente sincronizados a todos los movimientos que sus dedos determinan.
Mourinho es un artista exclusivamente triunfador, sus éxitos se cuentan por proyectos emprendidos, y hasta sus segundas campañas de gira, con cada nueva empresa, advierte reiteradamente que nadie debe esperar que alcanzan el brillo fulgurante que él imprime a su espectáculo, del mismo modo que este se producirá inexorablemente llegado ese momento.
Algunos fracasos cabe que se produzcan. Pero siempre, en escenarios de provincias, de segundo nivel, donde la hierba crece por decímetros a diferencia del Bernabeu donde crece a voluntad suya, y donde, auditorios poco cultivados, no saben apreciar la excelencia de su arte, ni sus marionetas gozan de suficiente espacio para moverse, tropezándose unas con otras.
Pueden también venir originados por torpeza o negligencia del artesano que fabricó los muñecos, o porque son escasos en número, o porque otros conspiran para impedirle mover los hilos, de seda como a él le gustan, o les provocan arañazos en la pintura que las decora.
Ni fe ni victimismo.
Mourinho lo dijo bien claro: víctima, el Madrid. Culpable en primer grado, Khedira. Culpable en última instancia, máximo culpable en definitiva: el Levante, superior en la utilización de males artes que practica habitualmente; y autor intelectual, su entrenador, porque no vale para enseñarles otra cosa.
La culpa final, pues, íntegramente del Levante.
Tramperos de arte y oficio, tendieron la mejor de sus trampas, la que sabían que nunca podrían esquivar el coronel Mourinho y su brigada de legionarios: VESTIRSE BLAUGRANA.
¿Qué podían hacer Pepe, Di María, Coentrâo y el resto de marionetas en tal situación, sino embestir, si colectivamente mejor, que es para lo que les tiene entrenados, desde hace más de un año, su maestro de marionetas number ONE?
Hibiscus mutabilis futbolensis squamosus, familia de las malváceas
http://blogs.publico.es/decara/388/victimismo-en-lugar-de-fe/
f16.09h f17.48h
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Aquí, otra crónica:
ResponderEliminarhttp://www.lapaginadefinitiva.com/2011/09/19/espana-vence-en-el-eurobasket-hablemos-del-madrid/