Aporía, un ángel de derechas
José López Palazón
Murcia
sábado 31 de diciembre de 2011
Se ha ido, como me he quedado yo, llorando desconsoladamente. Porque es muy posible que sea la última vez que mi mujer o yo la hayamos visto, tan graves son nuestras enfermedades y ella no volverá hasta Semana santa.
Pero esta ferocísima existencia es así. Su vida está allí, en Badajoz, a mil kilómetros y con pésimas comunicaciones, acaban de suprimir los vuelos que unían aquella ciudad con la nuestra por mor de ahorrar recursos.
Es un auténtico ángel, pero es de derechas. Y esto me golpea en el corazón decisivamente. Porque yo he pensado siempre que no se puede ser de derechas y buena persona, porque ser de derechas es ser injusto por naturaleza. De modo que tengo que hacer una de estas 2 cosas: o cambiar mi concepto de la derecha o pensar que esta especie de ángel que tanto nos quiere es una mala persona.
Para mí, ser de derechas es ser injusto por naturaleza. La derecha o no es nada o es toda esa gente que dice que el mundo está bien hecho, que es justo, por ejemplo, que el marido de mi hija sea rico, riquísimo, por el mero hecho de su nacimiento, un hecho tan fortuito y casual en el que no interviene ninguna clase de mérito, o sea, esencialmente injusto y que, a pesar de ello, de esa radical injusticia que supone, debe de ser mantenido a toda costa junto al servilismo destructivo de todos aquellos que le están sometidos, que se hallan en su dependencia, coño, claro que sí, los santos, los santos inocentes, pero qué grande que era el puñetero Delibes.
No sé lo que mi yerno y, por supuesto, también mi hija, piensa de la novela de Delibes, y es posible que nunca lo sepa porque existe entre nosotros un pacto de hierro, nunca, nunca, nunca hablaremos de política porque estamos convencidos de que eso dañaría tal vez para siempre esta maravillosa convivencia. Mi hija adora a su madre, que es rabiosamente de izquierdas, con esa fe indestructible del converso porque antes no lo era, la he convertido yo.
La derecha es la exacerbación del egoísmo, el de derechas cree firmemente que la desigualdad es de derecho natural (Rajoy y sus 2 artículos sobre el tema en El Faro de Vigo) y no sólo está conforme con poseer exclusivamente las cosas que realmente pertenecen a todos sino que cree que es esencialmente injusto repartir de cualquier forma lo que tiene, por eso no sólo es apasionadamente insolidario, jamás dará por las buenas algo a esos malditos haraganes sino que se opone radicalmente a los impuestos, esa tímida forma que trata de repartir un poco de riqueza.
Mi hija y su marido jamás pasaron hambre, esa hambre seria que hiere el corazón mucho más que al estómago, jamás mataron con las uñas de sus pulgares los piojos, que no se sabe cómo aparecieron en las costuras de su ropa, nunca sufrieron en sus almas esa terrible duda de si aquella situación que tanto duraba sería realmente interminable.
Ésta es una de sus benditas ignorancias y aquí, de la mano de bem, llega el que probablemente es el genio de los genios y nos resuelve la cuestión definitivamente: ““Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas.” (Albert Einstein).
Éste hombre fue capaz de ver lo que hasta él no vio nunca nadie. No sólo aquello de que la energía es igual a la masa por la velocidad de la luz al cuadrado, no, eso al final lo hubiera acabado de descubrir otro genio que se empeñara también en pensar sobre estas cosas de la física porque, al fin y al cabo, el fenómeno estaba ahí, esperando que alguien lo viera, no, para mí, lo absolutamente revelador es poner el dedo en la llaga de todas nuestras diferencias, viendo que éstas se fundamentan en nuestras respectivas ignorancias.
Creo firmemente que mi hija no es de izquierdas porque hasta ahora no ha tenido la terrible experiencia de la absoluta pobreza. Cuando se desciende a ese insondable abismo de la más suprema de las carencias, algo se rompe para siempre en tu interior, el desamparo que experimentas es de tal magnitud que aborreces para siempre una sociedad que permite que junto a ti, que sufres la privación de todo, existan los que sobrenadan en la máxima opulencia, entonces, una rebelión indomeñable te habitará para siempre el corazón, como aquel cuchillo del que tan bien nos hablara Miguel.
Y, entonces, llegan en legión todos esos que nunca pasaron auténticas necesidades y son de izquierdas y me dicen: “Eh, oiga, que yo nunca he pasado hambre y soy de izquierdas”, claro que sí, que se puede ser de izquierdas sólo por reflexión, pero la profundidad de sus sentimientos nunca podrá aproximarse siquiera a la de aquel que sufrió la más espantosa de las miserias y aquí, otra vez, Einstein, no todos ignoramos las mismas cosas, el que ignora realmente lo que es la auténtica miseria tiene la libertad de pensar. Es por eso que hay, para qué voy a citar nombres, furibundos izquierdistas de antaño que ahora son la luz que guía a la peor de las derechas, por supuesto que la posición política puede basarse también solamente en una idea, en un concepto, pero la letra con sangre entra, no creo que exista una sola persona que haya sufrido la miseria en toda su integridad y sea de derechas, simplemente porque se lo impide su propia experiencia.
http://jlpalazon0.blogspot.com/2011/12/un-angel-de-derechas.html
José, bastaría, creo yo,
con abrir bien los ojos y saber escuchar atentamente sus miradas.
¿Qué mas se necesita para abrazarse a ellos?
Un abrazo para tí también.
con abrir bien los ojos y saber escuchar atentamente sus miradas.
¿Qué mas se necesita para abrazarse a ellos?
Un abrazo para tí también.
Fotos: b.s.
/E-13:27h/
José, como supongo ya habrás podido advertir, ayer he transplantado tu anterior post a mi blog beminvitados, ilustrándolo con dos fotos que hice en el sur de la India hace un puñado de años.
ResponderEliminarPor la noche añadí una canción, "Stang by me", cuya letra me parece también adecuada a tu relato. La traducción al castellano es la siguiente:
STAND BY ME
QUEDATE CONMIGO
Cuando la noche ha llegado
Y la tierra está oscura
Y la luna es la única luz que veremos
No, yo no tendré miedo
No, yo no tendré miedo
Mientras tu estés, estés conmigo
Y cariño, cariño, quédate conmigo
Oh, quédate conmigo
Oh, quédate, quédate conmigo,
quédate conmigo
Si el cielo que vemos arriba
Se derrumbara y cayera
O la montaña se desmoronase hacia el mar
No, yo no tendré miedo
No, yo no tendré miedo
Mientras tu estés, estés conmigo,
estés conmigo.
Un abrazo y feliz año.
1 de enero de 2012 10:08
- comentario en: http://jlpalazon0.blogspot.com/2011/12/mirando-hacia-atras-con-ira.html