La hipocresía y cinismo de portavoces liberales como Mario Vargas Llosa
Este artículo muestra las manipulaciones de Mario Vargas Llosa en su análisis de la situación en Venezuela, contrastándolo con su silencio ensordecedor sobre lo que está ocurriendo en Honduras.
No soy un autor que utilice insultos en mis escritos. Mis artículos están ahí para que el lector pueda comprobarlo. La utilización de términos como hipocresía y cinismo en el título de este artículo no es, pues, un insulto, sino una descripción del comportamiento de portavoces neoliberales como Mario Vargas Llosa. Este autor, promocionado por El País (rotativo de orientación liberal), predeciblemente visitó Venezuela para apoyar a la oposición al gobierno venezolano (de sensibilidad liberal, en su mayoría) acusando a dicho gobierno de haber eliminado la libertad, incluida la libertad de prensa en Venezuela, y felicitando a los estudiantes que están manifestándose en contra del gobierno socialista venezolano por frenar la evolución inevitable de Venezuela hacia un régimen como el de Corea del Norte. Sí, lector, lo ha leído correctamente. Dijo que iba en la dirección de convertirse en un régimen como el de Corea del Norte (uno de los regímenes más totalitarios hoy en el mundo). Véanlo en El País, 26.04.14.
En cualquier país con auténtica libertad de prensa, estos comportamientos claramente hiperbólicos e insultantes deberían ser denunciados. No aquí, en España o en Catalunya. Son, por el contrario, comunes, no solo entre los “Losantos” de este país, sino también entre las derechas que se autodefinen como liberales. La falsedad de tales hipérboles (y no hay otra manera de definirlas) es fácil de demostrar. Vayan a Venezuela y verán que hay muchos más rotativos de derechas que de izquierdas. En realidad, hay muchos más rotativos de derechas en Venezuela que rotativos de izquierdas en España. En realidad, no hay ni uno que sea de izquierdas en España. Si el amor por la libertad profesado por el Sr. Mario Vargas Llosa fuera real, uno esperaría que protestara aquí, en España, por la falta de libertad de prensa en este país. Pero la falsedad de esta profesión de compromiso con la libertad aparece con el silencio ensordecedor de Mario Vargas Llosa, El País y la prensa española hacia uno de los países más represivos y menos respetuosos con la libertad hoy existentes en América Latina. Este país fue gobernado por un partido que lideró un golpe contra un gobierno democráticamente elegido. Dicho partido pertenecía a la Internacional Liberal. Este país es Honduras.
Por cierto, se acaba de aprobar una sesión monográfica del Parlament de Catalunya sobre la situación en Venezuela, aprobada no solo por CiU sino también por PSC, ICV-EUiA y ERC (con la única oposición de las CUP), a la que se ha invitado a opositores al gobierno venezolano sin que se invitara a representantes de este a presentar otra visión distinta. Además de la falta de sensibilidad democrática que representa este comportamiento del parlamento catalán, este es también criticable porque nunca (repito, nunca) ha habido ninguna sesión de este Parlament para discutir la horrible violación de derechos humanos en Honduras, violación que es mucho más acentuada que en cualquier otro país de América Latina.
La opresión extrema en Honduras
En aquel país, un golpe contra un gobierno democráticamente elegido, presidido por Manuel Zelaya, tuvo lugar bajo la dirección del Partido Liberal, instrumento tradicional de las oligarquías hondureñas. Dicho golpe intentó legitimarse mediante elecciones, reconocidas por muchos organismos internacionales (como Reporteros Sin Fronteras, Amnistía Internacional y la Comisión Interamericana de Derecho Humanos) como fraudulentas. La libertad de prensa y de medios está sumamente limitada, como también lo han mostrado y documentado estos organismos internacionales.
La situación social se deterioró bajo el régimen liberal, iniciándose una de las épocas más violentas de la historia de Honduras. Según datos proveídos por el Center for Economic and Policy Research de Washington, EEUU, el 43% de los trabajadores hondureños recibe salarios por debajo del sueldo mínimo. Más de la mitad de la población vive en pobreza extrema (bajo Zelaya, esta había bajado a un 36%). Más de 5.000 niños viven en las calles de Tegucigalpa en condiciones de preocupante desnutrición, y así un largo etcétera. Como ha dicho un religioso jesuita, el padre Ismael Moreno Coto, el Estado hondureño (gobernado por los liberales durante muchos años) es un nuevo instrumento de los poderes económicos del país. Y, como era de esperar, la corrupción está ampliamente extendida. Según el informe Honduras-U.S. Relations, de los servicios de investigación del Congreso de EEUU (Congressional Research Services), esta situación y la regresividad fiscal (junto con el fraude) explican la enorme pobreza del sector público hondureño. Esto es lo que, por cierto, el Partido Liberal considera libertad.
En este contexto, la libertad de prensa es inexistente o sumamente limitada. Hay un miedo, que alcanza niveles de terror entre los periodistas, pues por cualquier crítica que aparezca, las represalias del poder frente al periodista son inmediatas y pueden ser fatales. Según PEN International, “pocos observadores podrían haber predicho la violencia dirigida en contra de los periodistas que siguió al golpe contra Zelaya en junio de 2009”. PEN se equivoca en su observación de que “no era predecible”. Sí que lo era, pues la historia de Honduras está llena de violencia, generada por las oligarquías dominantes en defensa de sus intereses. 32 periodistas han sido asesinados. En un país de unos ocho millones y medio, este número equivaldría a casi 1.200 personas en EEUU. El Sr. Mario Vargas Llosa jamás ha dicho nada de esta represión en contra de los periodistas, denunciada y conocida ampliamente debido a Reporteros Sin Fronteras. Ha sido esta asociación la que ha indicado la tasa de asesinatos políticos, que se extiende a toda la población, con particular intensidad entre los campesinos afectados negativamente por las medidas del gobierno liberal, entre otros. Esta tasa es “una tasa comparable a un país en guerra, 80 por 100.000 habitantes, en una población de 8,5 millones”.
Y los liberales del mundo, incluyendo Mario Vargas Llosa, El País y la Internacional Liberal no han dicho ni pío. Esto es lo que llaman libertad. A esto se le debe definir como cinismo e hipocresía.
Vicenç Navarro, 29 de Abril de 2014http://www.vnavarro.org/?p=10728
El silenciado movimiento de tropas estadounidenses cerca de Ucrania
Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Pensamiento Crítico” en el diario PÚBLICO, 29 de abril de 2014
Este artículo alerta de que las posibilidades de un conflicto militar en Ucrania son muy elevadas.
La administración Obama ha decidido enviar 600 soldados estadounidenses a países del Este de Europa, antes miembros de la Unión Soviética y ahora miembros de la OTAN, la alianza militar establecida para contener lo que se llamaba y definía como “vocación imperialista” de la Unión Soviética. Estos países son Polonia, Lituania, Letonia y Estonia. Tales soldados están regularmente estacionados en la base militar estadounidense en Italia, y son componentes de la 173 Brigada de Infantería. Su traslado a aquellos países es, supuestamente, para hacer ejercicios militares con las fuerzas armadas de dichos países. La administración Obama también ha enviado fuerzas navales al Mar Negro, donde Rusia tiene una base naval en Crimea. Esta movilización de tropas responde, en teoría, a lo que la Administración Obama presenta como una violación por parte de Rusia de los acuerdos de Ginebra alcanzados por la Unión Europea, EEUU, Rusia y Ucrania.
La Administración Obama ha acusado al gobierno Putin de no respetar el acuerdo, al continuar apoyando a los ciudadanos del Este de Ucrania, conocidos como los pro rusos, en aquella parte del país. En dicha acusación se asume que Rusia tiene suficiente influencia (cuando no control) sobre los llamados pro rusos en las zonas del este de Ucrania, que son fronterizas con Rusia, para que estos depongan las armas y abandonen los edificios públicos. Algunos, como el senador republicano John McCain, del Estado de Arizona, han llegado incluso a acusar al Presidente Putin de estar detrás de estos grupos pro rusos, manipulados directamente desde Moscú, desde el despacho del propio Putin. No se les ocurre, ni a McCain ni al Presidente Obama, que los llamados pro rusos no son meros maniquíes de la administración rusa y que tienen ideas propias, con condiciones específicas para aplicar el acuerdo de Ginebra. Ellos, después de todo, no estaban en Ginebra, como sí lo estaba el gobierno de Ucrania, y habían hecho demandas -que continúan haciendo- que no se incluyeron en el tratado de Ginebra.
El envío de tropas a los países del este de Europa, sin embargo, responde menos a lo que ocurre en Moscú que a lo que ocurre en Washington. En la capital de EEUU, la Administración Obama está perdiendo el control de la política estadounidense en Ucrania. La ultraderecha y lo que se llama derecha moderada están movilizándose, continuando una larga campaña que consiste en presentar al Presidente Obama como débil, el cual no está ofreciendo el liderazgo que EEUU y el mundo occidental necesitan. Esta movilización es la que motivó que la Administración Obama enviara al Vicepresidente Biden a Ucrania para mostrar solidaridad con el gobierno de Kiev. Pero ello no aplacó al Partido Republicano y al Senador John McCain. Este último ridiculizó el viaje de Biden, señalando que era una visita blanda y no dura, es decir, que Biden no se había comprometido con movimientos de tropas que señalaran al gobierno ruso que el gobierno de EEUU no tolera que Putin continúe sus supuestas estrategias de expansión. El problema, según John McCain, es que Obama es excesivamente blando, y lo que otros conservadores y portavoces conservadores, como David Books, el articulista conservador del New York Times, han llamado en otras ocasiones la falta de masculinidad (“The manhood question”), o lo que la ultraderecha española diría “no tiene los cojones” para enfrentarse al adversario. Es esta mentalidad la que lamentablemente está ejerciendo una enorme influencia en Washington ahora. Y nos puede llevar a un conflicto armado. No duden de que ello es posible. Y, en realidad, se ha estado preparando durante un largo tiempo la expansión de la OTAN hacia el este de Europa rodeando a Rusia.
Una de las personas que criticaron más el mantenimiento de la OTAN y su expansión hacia el Este fue nada menos que uno de los ideólogos más importantes de la Guerra Fría, George Kennan, y uno de los fundadores y arquitectos de la OTAN. Su argumento era que con la caída de la Unión Soviética y la derrota del régimen comunista, la OTAN había dejado de tener justificación. Según Kennan, la OTAN había conseguido su objetivo. Mantenerla, y todavía peor, expandirla hacia el este, rodeando ahora a Rusia, era –según él- un enorme error, pues era una provocación a Rusia, Estado que, para Kennan, debería convertirse en aliado de EEUU.
Según Kennan, la Guerra Fría había sido un gran éxito, pues él creía que su máximo objetivo era terminar con el comunismo, el mismo comunismo que había sido derrotado en la nueva Rusia. Antagonizarla y ponerla a la defensiva era –acentuaba Kennan- un enorme error. Como he indicado en otros artículos (“Lo que no se está diciendo sobre Ucrania. Parte I”, Público, 18.03.14; “Lo que no se está diciendo sobre Ucrania. Parte II”, Público, 31.03.14; y “Las falsedades de los mayores medios españoles en su cobertura de Ucrania”, Público, 24.04.14), posturas semejantes las han presentado Helmut Kohl, el unificador de Alemania, y Helmut Schmidt.
La OTAN hoy –según estos autores- está provocando a Rusia, convirtiéndose en un instrumento de inestabilidad en lugar de uno de defensa o seguridad. Kennan murió a la edad de 101 años hace solo unos años (en 2005). Fue embajador de EEUU en Moscú en 1952, y conocía Rusia bien. Predijo que la expansión de la OTAN hacia el Este llevaría a un conflicto armado, debido a que Rusia se sentiría acorralada. Y así está pasando. Como indicó antes de morir, y viendo el mantenimiento y expansión de la OTAN, Kennan protestó porque estas medidas significaban el final de un proyecto que había sido su vida.
Por paradójico que parezca, Kennan creía que la Guerra Fría tenía que ver con la contención del comunismo, cuando en realidad tenía que ver más con la expansión de EEUU. De ahí que el comunismo desapareciera pero la expansión hacia el Este continuara. No es el imperialismo de Putin, sino el del gobierno federal de EEUU, el que es un problema. Como dije en mis artículos anteriores no tengo ninguna simpatía hacia la Unión Soviética ni hacia la Rusia de ahora, pero presentar ahora al gobierno ruso como el mayor causante de la crisis en Ucrania me parece un enorme error que puede conducir a una guerra, lo cual no puede descartarse cuando no solo la cámara baja, sino también el senado de EEUU, pasen a estar dominados por el partido republicano, en el cual el Tea Party es muy influyente. Ello significaría que una guerra podría ser posible, con consecuencias imprevisibles. Así de claro.
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